Causa Perdida
Si pudieras cerrar esa ventana
y callar ese grito del silencio...
Erais uno cabalgando en la bruma,
ojos, manos, sonrisa, primavera,
la longitud del día en su regazo
y el aroma del tilo, las manzanas,
todo lo que era ser en flor y en agua
capacidad de aliento, de sorpresa,
fuente pura de amanecer, de vida.
Erais uno en el mar y en la montaña,
en la nube viajera y en el viento,
uno en la tempestad y en la bonanza,
uno en la espiga rubia y en el pan
uno en la duda y uno en la certeza.
Noria amarga del tiempo.
Molino que tritura sin descanso.
No volverías a amar como la amaste,
ni tendrías nunca más veintidós años.
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